Raquel se encontró con una lámpara mágica, la frotó, apareció un genio y dijo:
– Os ayudaré a salir de aquí.
Los niños dijeron:
– Vale, te lo agradecemos.
El genio les dio la mano diciendo unas palabras mágicas:
– ¡ALACAZUTIBAN!
Y todos salieron volando y aparecieron al lado de la cascada. Entonces el genio volvió a decir la palabra mágica y... ¡Apareció una merienda estupenda! Pero, de repente...
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